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Derecho a Participar en Asuntos Públicos

La participación posibilita el progreso de los derechos humanos.

Juega un rol crucial en la promoción de la democracia, la ley, la inclusión social y el desarrollo económico. Es fundamental para reducir la desigualdad y el conflicto social.

Es importante también para empoderar a las personas y los grupos, y es uno de los elementos centrales de los enfoques dirigidos a eliminar la marginalización y discriminación. Además, la toma de decisiones es más informada, legítima y sostenible cuando las personas jóvenes participan, ya que responderá y abordará las necesidades reales de la juventud. Las organizaciones lideradas por personas jóvenes y centradas en la juventud juegan un rol importante en la vida pública.

El derecho de participación incluye:

  • Votar y ser electo en elecciones periódicas legítimas llevadas a cabo con voto secreto, permitiendo el sufragio universal y equitativo
  • Formar parte en la realización de asuntos públicos, ya sea directamente o a través de representantes elegidos de manera libre
  • Igualdad en el acceso a servicios públicos
  • Ser consultados y tener la oportunidad de involucrarse en los procesos de toma de decisión en todos los asuntos de interés público

Adicionalmente, se debe garantizar el derecho a gozar de la capacidad legal en condiciones de igualdad con otras personas en todos los aspectos de la vida, para asegurarse de que todas las personas, incluyendo las personas jóvenes con discapacidades, puedan ejercer su derecho de participación.

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Para evitar la utilización, la participación de la juventud debe ser significativa. Los esfuerzos para aumentar la participación de personas jóvenes deben ir de la mano con más igualdad de género en órganos representativos, así como también en diálogos intergeneracionales para garantizar que ésta no suceda de manera aislada. En todos los niveles, desde local hasta mundial, la participación exige:

  • Un ambiente propicio que incluya un marco legal que haga aplicable el derecho de participación y, de manera general, un ambiente en que todos los derechos humanos, especialmente los derechos de igualdad y no discriminación y las libertades de opinión, reunión pacífica y de asociación, sean plenamente respetados y gozados por todas las personas.
  • Un ambiente que mantenga seguras a las personas jóvenes y que aborde los desafíos que enfrentan las mujeres jóvenes y otra juventud en situaciones de vulnerabilidad. Esto incluye garantizar el derecho a la integridad física, libertad, seguridad y privacidad.
  • Apertura, transparencia y responsabilidad de autoridades en todas las etapas de la toma de decisiones, desde la planificación hasta la elaboración presupuestaria, implementación, supervisión y evaluación. La divulgación máxima de información de interés público por parte de autoridades es clave, incluso a través de plataformas de fácil acceso para personas jóvenes.
  • Empoderamiento de la juventud para participar, por ejemplo, a través de educación cívica, incluyendo educación electoral.
  • Un ambiente que garantice la participación pública de personas jóvenes sin discriminación, con atención especial para personas jóvenes con discapacidades (incluyendo consideraciones de accesibilidad), mujeres jóvenes y niñas y defensoría de los derechos humanos de la juventud.

 

¿Dónde puedo obtener más información?

Derecho a la Libertad de Pensamiento, Conciencia o Religión

Todas las personas tienen derecho a la libertad de pensamiento en cualquier asunto, según su convicción personal, así como también a adoptar la religión o creencia de su elección y manifestar dicha religión o creencia en adoración, cumplimiento, práctica y enseñanza de manera personal o con otras personas, en público o privado.